Estimada Sra. Michelle Bachelet:

Le escribo para contarle la dura realidad para muchos de los calameños y habitantes de otras ciudades mineras de nuestro país. Nuestro problema son las alzas en los precios de arriendos de propiedades en relación a los sueldos recibidos por la población, aunque la media indica una situación muy distinta a la mayoría de los trabajadores.

Ésta apunta que estos ganan alrededor de 500 mil pesos, lo cual no es para todos, ya que esta se relaciona a todos aquellos que ganan sobre un millón, los cuales no son la mayoría y hace que esta se mantenga por sobre estas cifras.

Lo peor es que por estos indicadores los arriendos son muy elevados e insostenibles e incluso con cláusulas y condiciones absurdas y fuera de la realidad. Un claro ejemplo de éste es que no arriendan a familias con hijos.

En otros casos los metros cuadrados de la propiedad no equivalen al valor que ellos estiman. Necesitamos una ley que no margine a la población y que nos dé seguridad a lo que nos ofrecen y este sea equivalente a lo que vale, como cualquier producto.

Este no es un reclamo sino un llamado de atención para esta realidad que ya no es sostenible. Esto es lucrar con el mal de los necesitados.

En la gran aportadora de sustantividad de la economía chilena cree que todos trabajan en la cuprífera nacional del cobre (Codelco), pero a estos les otorgan casa y beneficios. En cambio a la densidad poblacional que es la gran mayoría de nuestros trabajadores (contratistas- subcontratos, trabajadores de la construcción, asesoras de hogar y etc). Los arriendos recepcionan el 50% y más de nuestra remuneración mensual dejándonos en una situación de desventaja y vulnerabilidad social.

Kelly Valerie Guajardo Soto soltera con dos hijos

En Calama estamos acostumbrados a escuchar varias promesas y también a ver cómo esos compromisos se van quedando en el olvido.