Señor director: Todas las semanas voy a realizar mis compras para la semana a la feria rotativa, porque considero que tienen productos frescos y a buen precio.

Sin embargo, hay algo que me llama profundamente la atención y que se repite sin que nadie controle lo que ocurre. En varios puestos en que se venden huevos, también ofrecen gallinas, sí, gallinas que no tienen guardadas en un caja con hielo para respetar la cadena de frío, sino que encima de los mesones y a pleno sol. Lo más delicado es que la gente la compra sin pensar que pueda incluso sufrir alguna intoxicación por un producto que no cumple con la cadena de refrigeración que corresponde. El problema es que siempre pasa y jamás controla esto. Estamos muy mal.

Rosario Soto

Entiendo que los colectivero aumentaron sus tarifas y que están deben ser reguladas por la Seremía de Transportes. Sin embargo, hay que decir que en las noches esto se transforma en tierra de nadie y cada chofer cobra lo que estima conveniente, al menos así parece ser. Me han cobrado desde 1.000 a 1.500 pesos por el mismo recorrido después de las 00.00. Según el conocimiento que tengo, esto debe ser regulado y en una misma línea deben tener un mismo precio y no poner el que quieren después de cierto horario.

Una falta de respeto, eso es lo que me parece es lo que está ocurriendo con el actual estado del hospital. Cómo es posible que se convierta en el más caro de Chile, cuando con todo ese dinero que se ha invertido se podría haber capacitado a más médicos u ofrecerle mejores condiciones para que no se convierta en un elefante blanco. Es que es una realidad, no solo hay que luchar porque lo terminen y las obras avanzadas no se sigan deteriorando, sino que además conseguir la planta de profesionales necesarios para atender a la población, de que servirá una casa tan grande si no tenemos quien nos atienda, quedaremos donde mismo pero más cómodos. El problema no es solo estructural, sino que de fondo. ¿Por qué los médicos no quieren venir a Calama?