Luego del femicidio las redes sociales se llenaron de críticas al sistema de justicia y también al trabajo del Gobierno con relación al delicado tema de la violencia intrafamiliar.

Pero qué fácil es opinar detrás de una pantalla y cuando no se hace nada por colaborar. Mi pregunta es simple ¿Usted ha denunciado o denunciaría si su vecina es agredida, le prestaría ayuda?

Las cifras no mienten señores. Lamentablemente como sociedad estamos al debe en este tema y el número de denuncias realizadas por terceros prácticamente no existen.

La gente no quiere meterse en problemas y se hacen un mundo por tener que ir al tribunal. Como no nos afecta, es más fácil taparse los oídos y hacerse los sordos antes gritos de auxilio desesperado.

Cuántas veces no han robado a gente en la calle a vista y paciencia de todo el mundo que no hace nada. Por qué siempre nos detenemos a criticar lo que no han hecho los demás, en vez de empezar a preguntarnos ¿Qué hice yo porque esto fuera distinto?

Quizás esta mujer cuántas veces pidió ayuda a vecinos o cercanos y nadie le tendió la mano.

Casos como estos pueden existir muchos, que se escoden tras las paredes de la privacidad. No hay que confundir el ser copuchento, con intentar dar una mano a quien a veces tiene temor a enfrentar su realidad por lo que puede venir más adelante.

Mientras no nos toca a nosotros directamente, es difícil que hagamos algo. Somos una sociedad demasiado egoísta para pensar en los demás, ver más allá de la punta de nuestra nariz.

Quizás efectivamente nuestro sistema judicial es débil, pero en lo que a nosotros nos toca, también queda mucho por trabajar. Si usted sabe de algo denuncie sin temor y en forma anónima, quizás ese simple gesto puede salvar una vida.

Carolina Castro

Estimado director: De un tiempo a esta parte transitar por las calles de Calama se ha convertido en un gran dolor de cabeza. El taco que se arma en las horas de mayor tránsito es infernal. El problema es que no han tomado ninguna medida al respecto. Es sabido que la infraestructura vial de la ciudad está colapsada, pero asumirlo y reconocerlo no sirve de nada si no se toman medidas al respecto. Si se recauda tanto dinero con el pago de permiso de circulación, por qué no se invierte ese mismo dinero en mejorar las calles de la ciudad. O en el peor de los casos, si no se quiere gastar dinero, entonces que se aplique restricción vehicular.