Al parecer quedará solo en el recuerdo aquellos días en que en plena madrugada los calameños querían hacerse sentir y se tomaban las carreteras. Cuando cerca de 20 mil personas salían a las calles para protestar por un trato justo. Eso quedó en el pasado y quienes querían sacar su tajada lo hicieron, fueron reelegidos y otros ocupan cargos en el concejo comunal, otros quedaron en el camino, pero no dejaron de intentarlo. Quizás eso alejó a las personas, el darse cuenta que jugaron con sus ilusiones, intentando demostrar que luchaban por lo justo, cuando lo que de verdad buscaban era un cupo político. Desde ese momento no hubo más movilizaciones y como todos los movimientos que se han creado, quedó en buenas o segundas intenciones, cada quien lo ve como quiera.

Claudio Salinas

Ir a la feria los fines de semana es toda una odisea. La primera es que en caso de ir en auto, hay que cruzar los dedos para encontrar un espacio y luego se debe lidiar con los cuidadores de auto, que te exigen el pago de una propina, porque se creen dueños del lugar. Segundo, llama la atención la falta de fiscalización, especialmente de los encargados de salud. No puede ser que se vendan gallinas faenadas sin respetar la cadena de frío y estén arriba de una mesa a pleno calor. Lo mismo ocurren con los mariscos. A eso hay que sumar la cantidad de carros de ambulantes vendiendo comida al paso, donde comen niños que incluso terminan sentados en el suelo. Definitivamente la gente de gobierno trabaja en horario de oficina y olvida la importancia de fiscalizar en fines de semana.

Qué injusto es que los ciudadanos comunes y corrientes debamos encerrarnos en nuestras casas, mientras los delincuentes transitan libremente por las calles. Uno tiene que tomar todas las medidas de seguridad para evitar perder las cosas que con esfuerzo ha conseguido, mientras ellos se burlan afirmando que aunque los detengan, en un par de horas podrán recobrar su libertad. Aquí algo no está funcionando bien, no puede ser que la gente honrada deba privarse cada día más de su libertad y quienes deberían perderla por sus delitos, se paseen libremente como perros por su casa. Parece que esto se estuviera saliendo de control.