¿Por qué en verano crece el deseo sexual?
Empieza el año, hace calor, salimos más y usamos menos ropa; en verano sube la temperatura y aparece la libido. Las vacaciones, los paseos a la piscina y las salidas a la playa nos tienen a todos despiertos y pendientes de las minifaldas, los escotes y los bikinis; las mujeres también disfrutan de los pantalones cortos y las poleras musculosas que usan los machos.
El verano se postula como la temporada ideal para disfrutar de los placeres del sexo. Los jóvenes salen de vacaciones y tienen más libertad para salir a conocer gente y pasarla bien. Quienes trabajan cuentan con más tiempo para sí mismos sin tener que preocuparse por los tacos o el colegio de los niños.
No son pocos los artículos y estudios científicos que aseguran que durante el verano tenemos más sexo, al parecer las altas temperaturas nos alborotan las hormonas y se estimulan nuestros instintos placenteros, es por eso que andamos más ganosos que de costumbre. Aun así hay que reconocer que la teoría de que en verano nos volvemos locos también tiene sus detractores, quienes señalan que en los meses de enero y febrero estamos más estresados que en el resto del año y eso de que en verano tenemos más sexo no es más que un mito. La vida sexual sana no depende ni del clima ni de la frecuencia, el momento personal y la confianza con el otro influirán en mayor medida para alcanzar un grado de intimidad propicio para disfrutar el sexo.
Otros entendidos en la materia aclaran que más allá de la mayor cantidad de piel expuesta en estos días, la época ideal para tener sexo dependerá de cada uno y no existen temporadas ideales que inciten a todo el mundo a sacarse la ropa y saltar a la cama.
La experta
Para aclarar el tema conversamos con la reconocida sicóloga y especialista en sexualidad, Nerea de Ugarte López, quien en Agosto de 2014 dirigió una inédita encuesta que recogió opiniones y testimonios de los chilenos a la hora de amar.
La connotada sexóloga nos explicó los efectos del verano en nuestro ánimo por desplegar las artes amatorias.
La experta confirmó que efectivamente hay un aumento en el número de encuentros sexuales. Una de las razones para lo anterior es que tanto hombres y mujeres se preocupan de verse mejor durante el verano. Las matrículas en los gimnasios se triplican después de los asados y terremotos de septiembre, la gente quiere quemar esas grasas y ponerse en forma para lucirse en la playa. Los hombres luchan "por un verano sin polera" y las mujeres ponen lo mejor de sí para la "operación bikini". De Ugarte señala que cuando alguien está conforme con su físico aumenta la autoestima y por ende el deseo sexual, ya que nos sentimos más seguros de nosotros mismos y eso se proyecta.
El sol también es un importante factor que incrementa nuestro deseo por el sexo opuesto. En verano hay más luz solar y el día es más largo que en invierno, esto tiene efectos en nuestro organismo pues hay partes del cerebro relacionadas con la liberación de hormonas del deseo sexual que al enfrentarse con mayor frecuencia a la luz y a mayor tiempo de exposición pueden estimular el deseo sexual, específicamente la hipófisis, la glándula encargada de la regulación de hormonas, entre ellas las hormonas del deseo sexual.
El calor también influye pues incentiva la producción de oxitocina, la hormona del placer. Otro efecto positivo del sol es la transpiración, cada vez que sudamos estamos liberando feromonas y estas influirán en la atracción sexual que usted genera hacia otras personas, así que no se sienta mal si anda todo transpirado
NO HACE MILAGROS
Respecto de la creencia de que en verano tenemos más sexo Nerea de Ugarte lo pone en duda, según la sexóloga puede que exista un mayor deseo carnal, pero en la práctica es difícil concretar. En su consulta recibe constantes casos de matrimonios que afirman que el periodo de vacaciones está lejos de ser idóneo para devorar a su pareja, la continua presencia de los niños en la casa dificultan en gran medida los espacios para la pareja y eso puede resultar estresante para el matrimonio. Durante el verano se está junto como familia pero no como pareja.
La experta aclara también que si bien el verano puede motivar el deseo sexual, no puede hacer milagros. Si la pareja viene mal, con problemas emocionales, si está mal forjada o pasa por un conflicto importante, la actividad sexual disminuirá sí o sí, independiente de que estemos en verano. J