Su padre H.C (38) todavía no lograr enfrentar la realidad. La medicación ha sido la única alternativa para intentar salir adelante frente a la profunda desgracia que lo afecta. Lo repetía una y otra vez, no podía entender por qué su mujer, de iniciales T.C.B (38) se ensañó tanto con sus hijos. Por qué no subió antes a ver cómo estaban sus pequeños, quizás haber dormido junto a su esposa le hubiera permitido torcerle la mano al destino.
El padre del pequeño Iván de (5) y Yoselyn (3), no logra encontrar esa esquiva paz y tranquilidad, que le permita hallar ese lejano consuelo ante la abrupta y dolorosa partida de sus niños.
La mañana de lunes fue la más dura de todas. Debió enfrentarse con esa realidad que todavía no logra dimensionar, que se niega a asumir. Debía comenzar los trámites para retirar los cuerpos de sus pequeños desde el Servicio Médico Legal.
Pero no pudo concretar el proceso. Junto a su familia solo quieren comenzar el camino que los llevará a su natal Uyuni. Aunque sus hijos eran chilenos, su padre quería que descansaran en su patria, al igual que su esposa son oriundos de Bolivia.
Sin embargo, están a la espera de resolver temas familiares, entre ellos saber qué ocurrirá con la madre quien enfrentará mañana la formalización de cargos por el doble parricidio. Luego se espera que puedan llevar a los niños para puedan comenzar su viaje final a Bolivia.
No habrá despedidas ni ceremonias religiosas. Quieren comenzar rápidamente el periplo que los llevará al país altiplánico.
Las tías del jardín Llamito Blanco al que asistía el pequeños Iván, suspendieron la jornada de clases y llegaron al SML a acompañarlo. Fueron ellas quienes reconocieron que eran un niños feliz y que nunca hubo problemas que llamaran su atención.
Un drama que se vuelve más doloroso para su familia, con la espera que deben enfrentar. J