Javier Andrónico

Era 1998. El cirujano infantil antofagastino, Pedro Ziede, llevaba un montón de años desempeñándose en su labor pero, recuerda, estaba inquieto, quería de alguna forma darle las gracias a su ciudad.

Pensado la forma de lograr aquello, vio que en Antofagasta -como en prácticamente todas las ciudades del país- habían cientos (o quizás miles) de vecinos que esperaban por largo tiempo atención médica para solucionar algunos problemas que, si bien no eran de vida o muerte, sí eran necesarios.

Es por ello que Ziede comenzó con los operativos médicos, llevando especialistas a distintas localidades, quienes hacían intervenciones menores pero muy importantes.

Cómo empezó todo

Luego de armar bien la idea de estos operativos había que pensar cómo realizarlos, es decir, cómo mover desde Antofagasta hacia otra ciudad, más doctores y los insumos correspondientes.

Ziede recuerda que comenzó a contar sobre su proyecto a varios amigos médicos, anestesistas y enfermeros y rápidamente logró armar un equipo de alrededor de seis profesionales.

"El primer operativo, realizado en 1998, éramos súper poquitos: la doctora Verónica Ibaceta, anestesista; Ingrid Bravo, cirujano infantil; Enrique Castillo, auxiliar de anestesia; Ivonne Pizarro, arsenalera; la doctora Zoila Monardes -que realizó charlas de educación sexual- y yo", comenta Ziede.

Aquellos profesionales conformaron el primer grupo de esta iniciativa que se ha extendido ininterrumpidamente por 18 años.

"Como pudimos nos subimos a la camioneta de mi señora junto a los implementos y partimos a Taltal, una localidad que nosotros sabíamos que necesitaba ayuda médica (…) El '98 y '99 fuimos al vecino puerto y prácticamente a pura autogestión, sólo con la colaboración de personas de los Rotary Club de acá (Antofagasta) y Taltal", afirma el cirujano infantil.

El cambio de milenio modificó radicalmente -y para bien- los operativos médicos comandados por Ziede y es que, al ingresar como académico a la Universidad de Antofagasta (UA), logró la colaboración de dicha casa de estudios y poquito después de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), institución que se unió de inmediato, cuenta el médico.

"Estaba en un evento junto a muchas personas y me dijeron que estaba el -en ese entonces- jefe de la Brigada Aérea local entre los invitados. No lo pensé dos veces y me acerqué a comentarle lo que estábamos haciendo, es decir, llevar doctores a localidades donde no hay muchos. No tuve temor en hablarle, total, lo peor que podía decirme era que no. Así que me acerqué, le comenté el tema, le gustó harto y me dio su tarjeta. Agendé una reunión con la secretaria y a los pocos días nos reunimos y puso a disposición un avión, en el cual viajamos desde el 2000 al 2011 a Taltal, Tocopilla y San Pedro de Atacama pero ahora con más especialistas y realizando más atenciones y operaciones", recuerda Ziede.

El último operativo que realizó el médico antofagastino junto a sus demás colegas -con la colaboración de la FACh- fue a fines de agosto de 2011.

Una semana después, al encender su televisor, Pedro Ziede quedó en shock.

El mismo avión donde viajaron a Tocopilla, Taltal y San Pedro en varias oportunidades cargados con utensilios y fármacos, se precipitó al mar.

Y es que la aeronave era el conocido Casa 2012, el cual viajaba -pilotado por la antofagastina Carolina Fernández- junto a miembros del Consejo de la Cultura y un gran equipo de TVN, al mando de Felipe Camiroaga y que cayó en las cercanías de Juan Fernández. No hubo sobrevivientes.

Fue un golpe duro, Ziede lo reconoce. Sin embargo, aquello no mermó sus ganas de seguir ayudando a los vecinos que llevan meses esperando atención médica y los operativos continuaron.

Fue así que en 2013 el grupo de doctores que participaba en esta iniciativa era muy superior a los seis iniciales y lograron que las clínicas privadas de la capital regional abrieran durante un fin de semana sus pabellones, para atender más pacientes y así descongestionar las largas listas de los hospitales.

"Las cirugías que hacemos son ambulatorias, pero realmente le cambian la vida a las personas, así que seguiremos realizando estos operativos, tanto en Antofagasta como en el resto de ciudades", expresa Pedro Ziede, quien cuenta que el nuevo nombre de esta iniciativa es "Sembrando Salud".

Contra las drogas

Cuando Elías Jara tenía 13 años, por diversos motivos, comenzó a consumir droga. "Perdí toda mi juventud", cuenta Jara.

Pasaron los años y en 2014, de manera informal, comenzó un proyecto que puede sonar trillado (rehabilitación de drogas), pero la forma de tratar dicha problemática no es nada conocida, es más, es prácticamente el primer emprendimiento de este tipo en Chile.

"Formamos una fundación -con personalidad jurídica desde junio pasado- llamada 'En los ojos de mi madre', la cual trata el drama de los jóvenes drogo-dependientes pero la forma de rehabilitación no es enfocada en ellos, sino en sus madres. Nosotros trabajamos con la mamita, le entregamos conceptos y herramientas -que llamamos aplicaciones de vida- para sacar a su hijo de ese mundo. Y es que nadie ama más que una madre a su hijo", cuenta

Elías explica a este Diario que el programa establecido tiene una duración de seis meses con varias "estaciones".

"Junto a las madres trabajamos éstas etapas: codependencia, culpa, autoestima, habilidades parentales/sociales y conductas adictivas".

Otro aspecto que ha caracterizado a "En los ojos de mi madre" es que -aunque aún están en la etapa preliminar, ya que realizaron un prototipo con 10 mamás- la propuesta de valor de la iniciativa es "nunca cobrarle un peso a las madres, es por eso que nos enfocamos en la ayuda de gobierno y empresas", comenta Elías.

"camiseteados"

Pero ¿qué tienen que ver las iniciativas del doctor Ziede y Elías Jara? A simple vista nada, pero ambas -junto a otros seis emprendedores sociales del país- están "compitiendo" en el proyecto de TVN, el cual, en palabras de su director, Álvaro Farías Riquelme, "busca celebrar y visibilizar a chilenos comunes que hacen tareas extraordinarias por su localidad", expresa desde Santiago.

Entre esos "chilenos comunes" están Elías y Pedro, siendo este último quien está optando a ganar como el "camiseteado", aunque, recalca Farías, no hay un premio en dinero, sino que se busca que los ocho proyectos sociales sean conocidos en todo el país y por eso estos días se emitirán -dentro del noticiero central de TVN- los minidocumentales con cada una de las historias y, adelanta el director, "es muy probable que salga el proyecto de uno de los antofagastinos esta semana".