Ricardo Muñoz Espinoza

F ue a mediados de marzo que la pandemia por Covid-19 se extendió hasta nuestro país y pese a ello, aun cuando están por cumplirse tres meses desde el inicio de la contingencia por el coronavirus, todavía hay quienes no han tomado conciencia sobre el autocuidado. Esto pese al rápido avance del número de personas contagiadas y lamentablemente al de fallecidos.

Esa es una de las preocupaciones que tienen actualmente los profesionales de salud, quienes ahora más que nunca -teniendo en cuenta que se avecina la época de enfermedades invernales- reafirman el fuerte llamado al cuidado personal, al uso de las mascarillas, al evitar las aglomeraciones, quedarse en casa, pero por sobre todo al aislamiento social.

Karla Lescure es una de las enfermeras que ha estado en la primera línea de enfrentamientos contra el virus en el Hospital Regional de Antofagasta (HRA), específicamente en la UTI, cuyas camas en varias ocasiones se han transformado en UCI para afrontar el creciente número de pacientes que necesitan los cuidados más intensivos.

Ella afirma que existe un mito popular de que los adultos mayores serían el número mayoritario de pacientes que ocupan dichas camas, pero la profesional señala que en realidad es el paciente adulto-joven los que concentran el mayor grupo, al menos en el HRA.

"La gente joven (entre 30 y 50 años) es la que está ocupando esas camas y el porcentaje de adultos mayores es poco. La gente grave son los adulto-joven" y añade que "ellos se ven como que son inmunes. Pero un gran porcentaje de gente joven es sin patología anexa". Me ha tocado ver gente de 23 años en estado paupérrimo. Creen que no les va a suceder porque son jóvenes, pero la realidad es muy distinta", señala.

Su colega, Sandra González, quien se desempeña en el mismo recinto médico como enfermera de pacientes Covid de mediana complejidad, añade otro factor a las complicaciones de las personas que tienen complicaciones de salud. La profesional agrega que todo es agravado por la soledad en la que los afectados deben afrontar esta enfermedad, debido a la alta posibilidad de contagio.

"Muchos no conocen la realidad de los pacientes Covid. Lamentablemente, son los funcionarios los que son la primera línea y que se transforman en las personas que emocionalmente se conectan porque, lamentablemente, no tienen visitas y muchos de estos pacientes se complican y su apoyo emocional son los funcionarios que tienen al lado. Se nos complican y se nos agravan y eso no es un proceso fácil de presenciar. Por muy preparado que estemos, el tema de la muerte igual afecta", dice.

Seres queridos

Si bien el profesionalismo y vocación es algo que está en el mismo ADN de estas profesionales de la salud, en la parte humana ya se siente el cansancio por los extenuantes turnos de 24 horas (con tres días de descanso) y el número de pacientes que constantemente está llegando. Eso suma otro factor, el emocional: pese a los protocolos extremos para evitar contagiarse, la angustia de llevar el virus a sus seres queridos en el hogar está presente.

"La sobrecarga laboral ha crecido por el tipo de pacientes que son, el estrés emocional... todo eso va generado doble tensión. Usamos los epp (elementos de protección personal), todos los protocolos, pero aun así ese temor nos sigue repercutiendo en nuestras familias. En la parte personal, mi hija tuvo un bebé hace dos meses y entonces llegar a mi casa es un tema. Una llega a bañarse, a desinfectarse lo más que se pueda, pero ese miedo está. Estamos acá luchando las 24 horas y dando lo mejor de nosotros, pero es como que afuera no sucediera nada".

Mientras que Sandra añade que esa sensación de angustia se ve aumentada al observar a la comunidad que aún no toma los cuidados correspondientes, se aglomera principalmente en el centro y no respetan la distancia mínima de un metro, por lo que se facilita el traspaso del virus:

"A nosotros nos afecta en cierto modo porque vemos que la ciudadanía no está tomando participación de esto. No se está haciendo responsable de su salud y no está colaborando de la instruirse de las reglas y eso va a tener repercusiones graves y las próximas semanas lo más probable es que se complique. Da pena… yo vivo con mi madre que es adulta mayor y no quiero que se enferme, me cuido en la casa y afuera, pero uno ve que la ciudadanía no lo hace, y no quiero que se enferme.. Me cuido en la casa y afuera, pero uno ve que la ciudadanía no lo hace".

El llamado de las profesionales es más que claro: nuevamente a insistir con más fuerza que derrotar al virus, bajar los contagios y el número de personas fallecidas, es tarea de todos. Por eso, ambas piden ayuda a toda la comunidad ¿y de qué forma? No saliendo del hogar, cuidándose y así también se podrá cuidar a otros.