Ignacio Silva

Hace años existe noción de la alta tasa de deuda presente en los hogares chilenos. Sin embargo, las últimas cifras entregadas por organismos como el Banco Central demuestran la profundidad del problema.

En su informe "Cuentas nacionales por sector institucional" publicado en julio del año pasado, la entidad reveló -entre otras cosas- que el endeudamiento total en los hogares subió a un 75,4% de sus ingresos disponibles.

Ahora, un estudio de Staff Chile, empresa dedicada a la asesoría legal para personas con problemas de deudas, embargos y cobranzas judiciales, entregó nuevos antecedentes: del total de chilenos endeudados, un 93% tiene la intención de pagar sus morosidades, pero un 67% declara que no le alcanza el sueldo para ello. Incluso un 33% se endeuda para pagar deudas.

"Eso genera la llamada 'bicicleta' que es tan nociva que al mediano o largo plazo puede acabar con la economía de una familia, despojándolos de todos sus bienes y por ende de su tranquilidad", explica Raimundo Bravo, abogado y socio de Staff Chile.

Para el experto, las deudas empiezan por varios motivos, entre ellos llevar estilos de vida que tienden al consumo o una insuficiencia de recursos para cumplir expectativas de vida deseadas. Sin embargo también hay causas más profundas: "Hay mucho sobreconsumo derivado de la falta de educación financiera y también del estereotipo de éxito malentendido en nuestro país. El "tener" en nuestro país define qué tan importante o qué tan exitoso eres, un éxito basado en el materialismo. Todo esto sumado a los bajos sueldos, estabilidad laboral y alta tasa de desempleo llevan a esta situación", resume el abogado.

Paso a paso

Ante el panorama, ¿qué se puede hacer para salir de las deudas? Bravo plantea que hay cuatro acciones que se pueden realizar para llevar una mejor economía personal, sobre todo luego de marzo, que es un mes asociado popularmente a mayores gastos.

"Lo primero es lograr acuerdos, revisar sus compromisos pendientes, tratar de regularizarlos ya sea de forma directa o a través de herramientas administrativas como la ley 20.720", dice el especialista. "Hablamos de la reorganización o liquidación de la persona natural, la cual te permite acceder a mejores condiciones de pago o derechamente liquidar los bienes y eliminar las deudas pendientes".

Luego de eso viene un proceso de definir gastos y presupuestos tope para lograr un orden en los gastos que permita separar lo necesario de lo que no lo es. "Muchas veces consumimos más de lo que necesitamos", explica Bravo. "Es muy importante saber cuánto recibimos y cuánto gastamos, sin eso no podemos ordenarnos. Hay que llevar un registro simple, con cuánto tengo y cuánto puedo gastar. Siempre tratando de generar reservas que nos permitan cubrir eventualidades que no se tenían consideradas".

Un tercer paso es hacer reajustes. "Hacer una escala de prioridades, definir con cuánto contamos, evaluar en qué se puede recortar y en qué no, y en base a eso generar ajustes que nos permitan adecuarnos al presupuesto real".

Con todos esos pasos y reajustes listos, sólo queda la cuarta etapa: vivir acorde al nuevo presupuesto.

¿Es posible acostumbrarse a vivir gastando menos? ¿Cuáles son las principales dificultades a las que se ve expuesta una persona que quiere hacer el cambio?

Más que acostumbrarse a vivir gastando menos, es acostumbrarse a vivir de forma ordenada y prudente, porque los estilos de vida son distintos, las realidades económicas también y no existe un regla transversal que aplique en todos los casos. A lo que hay que acostumbrarse es a no gastar más de lo que tengo o a vivir de una forma que no me corresponde en ese momento, que me genera más daño que beneficios.

¿Qué otras recomendaciones se le pueden dar a una persona que busca mejorar su economía personal?

Que piense que no es el único, son muchos quienes quieren salir adelante. Creo que el primer gran paso para mejorar la calidad de vida no es ganar más, es saber administrar bien lo que se tiene, mantener un estilo de vida tranquilo y moderado económicamente, educar en ese sentido a sus hijos involucrándolos en lo que es ser responsable y pedirles comprensión cuando las cosas no andan de la mejor forma. Muchas veces el exceso en los gastos se genera por querer complacer a los hijos, quienes no siempre comprenden o colaboran en esta tarea crucial. Involucrarlos generará tranquilidad en la persona y su familia, la sensación de estar haciendo bien las cosas, y ya logrando esa estabilidad, generar proyectos de crecimiento de forma responsable, eventuales negocios, emprendimientos y acciones que le permitan generar más recursos, que a su vez le permitirán vivir de forma más cómoda y tranquila.