Cómo sigue el combate contra la mostaza negra, que arrasa cultivos en el interior
Maleza crece tan rápido que echa a perder plantaciones enteras en el Alto Loa. Agricultores son capacitados por INIA para aplicar herbicidas, y en mayo podrían comenzar los trabajos de una empresa contratista que cortará y extraerá raíces de la dañina planta.
Hace más de una década que Noemí Cuevas, agricultora del sector Cerro Negro de Calama, ya sabe con anticipación -y resignación- que siempre va a perder algo de la cosecha de alfalfa y maíz que tiene en su campo. La mostaza negra, maleza que crece a una gran velocidad en la zona, le ha copado los terrenos. Este año, en el 80% de su terreno creció maleza y no producción. "Parece alfombra. Donde usted camina, puras matas de mostaza negra. Se pierde todo no más".
Y no solo se pierde la plantación de maíz. Se pierde el emparejamiento de la tierra, el tiempo que se perdió en sembrar, la plata para comprar la semilla que permita tener buenos choclos. La mostaza negra, cuenta la agricultora loína, hace que su maíz pierda fuerza. O se muere el choclo, o no está en óptimas condiciones para su venta.
La lucha contra la propagación de la mostaza negra lleva varios años en el interior de la región. Según cifras de la seremi de Agricultura, el 84% de las hectáreas afectadas (59,833) están en Calama y el 10,2% en Chiu Chiu, pero el problema se escapó del Alto Loa y ya hay espacios donde la mostaza negra también creció en San Pedro de Atacama. Hacia el sur solo hay focos menores en La Serena y un sector costero de Constitución (en la región del Maule).
Es en este último punto, explica el seremi de Agricultura, Pablo Castillo, donde algo se puede hacer. "En algunos lugares puntuales con infestaciones más bajas o incipientes, es factible plantear la posibilidad de erradicación de estos terrenos", señala. Sin embargo, de acuerdo a la literatura internacional, y la experiencia del equipo de trabajo, se ha concluido que la erradicación de la mostaza negra es muy difícil. Esto, tomando en cuenta los altísimos niveles de infestación que hay en Calama, como en Cerro Negro, el sector donde Noemí Cuevas trabaja sus cultivos.
Trabajo
Actualmente, hay 9 grupos de transferencia tecnológica formados por agricultores, en los cuales se aborda el tema de la maleza, bajo la dirección de Bárbara Vega. El programa comenzó a ejecutarse en septiembre, y en febrero se realizó una encuesta de línea base a los agricultores, para así obtener datos más precisos sobre lo ocurrido con la mostaza en sus cultivos.
De acuerdo al seremi Castillo, se les ha entregado equipos como un kit de EPP para la aplicación de herbicidas, y además se les capacitó sobre los peligros y riesgos en la manipulación de los plaguicidas, de forma virtual.
"Durante estos días también se está realizando la compra de herbicidas y equipos de pulverización, los que permitirán comenzar con las primeras aplicaciones una vez los agricultores hayan levantado sus cosechas", dice. Además, hay dos grupos de profesionales en Calama y San Pedro, quienes ya tuvieron su primera capacitación sobre esta maleza que además de la alfalfa y el maíz, también daña a las zanahorias.
El otro frente va con el trabajo de una empresa supervisada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), quienes a partir de mayo podrían comenzar a intervenir terrenos cortando, extrayendo raíces y llevando a un lugar seguro los residuos de la maleza. A la fecha, se ha identificado los lugares prioritarios para que el trabajo de la contratista sea más eficiente.
Noemí Cuevas cuenta que la mostaza crece todo el año, excepto en junio y julio, meses en que no se siembra. Hasta ahora, señala, se han aplicado químicos antes de que florezca, para evitar que aparezca la gran cantidad de semillas. "Se han hecho muchos intentos, entonces en eso estamos. Lo que van a hacer ahora es fumigar… y vamos a ver qué pasa", dice.
70,658 hectáreas están afectadas por la mostaza negra en la provincia de El Loa, la mayoría en Calama.