Crisis migratoria en Tacna crece y alcalde responsabiliza a Boric
Cientos de migrantes provenientes de Chile están en Paso de la Concordia. Pascual Güisa llamó "irresponsable" al Presidente. La Moneda emitió nota de protesta.
Leo Riquelme
Unos 200 migrantes ilegales permanecían varados ayer en la frontera entre Chile y Perú, tras la decisión vecina de disponer de militares para impedir el ingreso de quienes provenían desde el sur o no lograban cruzar ante las medidas tomadas por el Gobierno chileno con los indocumentados.
La mayoría eran venezolanos que salían ante las crecientes restricciones chilenas, quienes esperaban a la intemperie cruzar el Paso de la Concordia, donde policías militarizados les impedían el tránsito por no llevar papeles de residencia en Chile.
Los varados solicitaban la apertura de un corredor humanitario que les permitiera volver a su país, pues tampoco quieren quedarse en Perú.
El número creciente de migrantes en el lado peruano tras la decisión chilena de militarizar la frontera ha atochado los espacios públicos y servicios de Tacna, una de las plazas cerradas desde el miércoles por el gobierno de Dina Boluarte ante la situación que se vive ahí y en zonas limítrofes con Ecuador y Brasil.
Molesto, el alcalde de Tacna, Pascual Güisa, acusó al Presidente Gabriel Boric del hecho. "No debemos permitir que un innombrable e irresponsable como su Presidente esté trasladando los problemas a la frontera", dijo a CNN Chile el coronel en retiro de la Policía Nacional de Perú.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, le respondió: "Chile vive todos los días el desafío de la migración y la vivimos con sentido de responsabilidad, entendiendo la magnitud que tiene este fenómeno. Palabras como esas no contribuyen en lo más mínimo a hacerse cargo del fenómeno que tenemos al frente y el rol que nos corresponde a las autoridades para manejarlo de la manera más adecuada, no sólo para la seguridad de nuestros países, sino que también para los derechos de las personas involucradas".
Más tarde, La Moneda emitió una nota de protesta a Perú por los dichos de Güisa y la Cancillería convocó al embajador limeño Jaime Pomareda para que diera explicaciones. Se retiró sin hablar.
"Las mejores soluciones van a venir de la mano de un trabajo colaborativo y responsable, que exige un trato de respeto entre las autoridades. Así ha actuado Chile y se ha planteado a los países vecino que esa sea la manera que impere", agregó Tohá.