Cartas
Inmorales
Señor director:
Si algo caracteriza a la política es el riesgo moral, donde el candidato puede decir y prometer todo y cuanto quiera, más una vez electo no tiene compromiso contractual o notarial con nadie. Y si no cumple lo prometido siempre podrá apelar a las circunstancias del momento, alguna crisis, la oposición o algo que le impida cumplir sus promesas.
Ejemplo de esto es la forma en la cual la generación liderada por el presidente Boric llegó al poder con la promesa de tener una escala de valores y principios distinta a la generación de los 30 años. Esta suerte de "superioridad moral" se diluyó rápidamente, teniendo una luna de miel acotada, pasando rápidamente de las buenas intenciones a las prácticas de la vieja política. El tema fundaciones ha golpeado directo al corazón del oficialismo, generando una pérdida absoluta del control de la agenda gubernamental, quedando a la deriva, con una lucha fratricida entre las izquierdas y sin el más mínimo atisbo de arrepentimiento por haber faltado a la verdad y decepcionar la fe pública.
Sería injusto sentar un manto de oscuridad en el trabajo que realizan distintas organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, el daño ya está hecho y es grave. Las desconfianzas están acrecentadas y el país está sumido en un limbo de incertezas donde lo único que nos queda es esperar que esta generación culmine su mandato sin mancillar, aún más, lo que queda de Chile.
Rodrigo Durán Guzmán